Una noche abreviada.
San Juan en agosto
o solsticio improvisado,
preludio intermitente
y éxito.
El deseo insuficiente
un segundo primer beso
luces sin sombre
y ruido.
En la plaza del pueblo
corretean infancia y juventud,
un escenario y dos profetas.
El séquito
y mucha actitud.
Un reloj que se para
los segundos que dividen
una fotografía eterna
dónde el sueño se encamina
y nada les merma.
No fuimos nadie
pero fuimos la huella,
aceite de un candil
agua y electricidad
el mismo rey David.
También fuimos
el brillo de un coral
un “no me sueltes la mano”
incluso un camino de algodones…
el vacío del lamento
hasta el agua del mar muerto.
El joven rebosa de fe
locuaz usurero de sonrisas…
sea como fuese,
será quién él quiera ser,
👏👏
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